Blogia
Clau César*

Encuentros..

Encuentros.. Algunas personas nacen con ése algo más, él era una de esas personas.
Pasión y convicción. Mente y frialdad de ideas. Fuerza y determinación.
Cuando conoces a alguien así, si eres inteligente, no lo puedes pasar por desapercibido.
Yo no creía en el destino, ni en muchas otras cosas antes de que él llegara. Nos conocimos de una manera fortuita y no dejamos que las cosas se quedaran ahí, de una u otra manera sabíamos que el universo, como decía él, nos había puesto ahí. En algún momento concluimos que conocernos y estar juntos era una explosión, juntos fuimos una explosión.
Él nunca supo todo lo que dejó en mí. Encontré en el punto de mi vida más perdido una salida, un camino nuevo y diferente. Él era diferente, era todo lo que algún día soñé ser y me encontró a mí, que de alguna forma era lo que él algún día fue.
Junto a él aprendí en tan poco tiempo lo que tanto necesitaba. Se volvió mi inspiración y mi motivación y yo me volví la suya. Fuimos, juntos, todo lo que queríamos ser, sacando nuestras mil caras y siempre aceptándonos por la plenitud de al fin haber encontrado a alguien con quien podíamos simplemente ser.
Reímos y lloramos, más de una vez, eran momentos mezclados de melancolía y felicidad. Mi felicidad era que él entendía mi tristeza y yo la suya. Me enseñó desde lo importante que es apreciar algo, la inspiración de la música, las ganas de ser mejor, la convicción de cambiar, el beneficio de madurar hasta lo valioso de soñar.
Fue mi mejor amigo, mi esposo, mi compañero, mi maestro, mi fuerza, mi inspiración, mi ilusión, y yo, yo fui su luz. Nunca olvidaré lo que yo fui con él y para él.
Siempre se preocupó por alimentar mis ideas, desarrollar mi potencial, escucharme y preocuparse por darme lo mejor de él para volverlo lo mejor de mí. Eso es el amor, y él me inspiró a darle exactamente eso, mi interés, mi admiración, y todo lo que no encontraba en él, lo encontró en mí.
Me abrió las puertas de su vida y al hacerlo me ayudó a destruir las barreras que tantos años construí para protegerme de ser lastimada, y valió la pena a pesar de todo, porque hoy puedo decir que hay personas que llegan a nosotros por destino, y tienen un propósito de estar en el mismo lugar y en el mismo momento. Nunca imaginé conocer a alguien que me dejara tanto sin siquiera entenderlo.
La vida está hecha de momentos, pero sobre todo de encuentros que nos marcan para siempre, y nos construyen y moldean para ser las personas que queremos ser el día de mañana, y conocerlo a él me hizo darme cuenta de muchas cosas. Dejó en mí las ganas de crecer y luchar, de querer más y darme cuenta de que en este mundo lo que necesitamos es ése toque de algo más y estuvo junto a mí descifrando cuál era el mío.
Hoy, él ya no está aquí pero lo que me dejó no se lo llevó, sino que sigue en mí creciendo a mi manera, inspirándome y motivándome. Y yo sólo espero haber dejado en él un poco de lo que soy, una parte de mí que aprendí a dar en este tiempo. Él ya no está, pero siempre quedará el motivo por el que entró a mi vida, por destino, y de alguna forma siempre estará en mí.

0 comentarios